He dejado desolado este blog, pero por razones que me dejan tranquila. No lo he abandonado, pero necesitaba un tiempo para ponerme al día con la vida que sigue a veces hasta sin preguntármelo — que bruta que puede ser a veces, ¿no? Pero he vuelto, renovada, más decidida, y con el proyecto que anteriormente les mencioné. No he dejado de escribir, ni mucho menos de trabajar en el libro que tanto me busca en mis sueños, en mis pasos, y en cada palabra adherida a mi cuaderno de poemas e ideas. He vuelto, con lápiz en mano y respirando calma, pues yo le sigo a la vida, cuaderno en mano, y palabras en el corazón, por más desaforada que sea. De ella bien aprendí a ser desaforadamente libre, y así seguiremos las dos, pequeñas transeúntes, vida y yo.